domingo, 6 de abril de 2008

La previa: 3 meses atrás

Siguiendo con mis controles volví al año para un nuevo chequeo del PSA.

Esta vez no iba tan tranquilo, en realidad todo lo contrario.
El PSA paso de 6 a 7, es decir tenía un secuencia de subida de aproximadamente 1 punto por año y está vez si acepté la sugerencia de una nueva biopsia porque la cosa no venía nada bien.

Esta vez la biopsia no fue tan traumática.
Si bien el estudio fue exactamente igual, con el mismo médico y el mismo equipo, no me resultó tan arduo como el primero.
Posiblemente la experiencia anterior me sirvió.
Igual tuve sangre en el semen por 5 o 6 semanas, pero a los 2 días del estudio ya estaba cogiendo sin problemas, siendo que la otra vez por una semana no quise saber nada.

La ecografía me dio perfecto y me tomaron 5 muestras.

El día que fui a buscar el resultado a Patología, no me sorprendió para nada lo que vi, porque en cierta forma me lo esperaba.
De las 5 muestras 2 me dieron positivas, con un score de Gleason 5, es decir bajo.

Y si, tuve que aceptar de golpe que tenía cáncer de próstata.
Recuerdo muy bien ese día, porque a partir de allí mi vida tomó un rumbo que nunca había planeado.

Volví al urólogo con el resultado, pero ya sabiendo como venía la mano.
Lo primero que me dijo el doctor fue: "esto es curable".

Efectivamente debido al seguimiento que habíamos hecho y el estado recién iniciado del tumor, las posibilidades de curación están en el 95%, pero todo es estadístico.

El urólogo me presentó 3 alternativas para el tratamiento.
1 - Rayos desde el exterior.
2 - Semillas radioactivas: braquiterapia.
3 - Cirugía radical.

Cada técnica tiene sus pro y sus contra.
Todas son efectivas en porcentajes bastante similares, la diferencia más grande son la secuelas posteriores y el grado de agresividad de cada una.

Si buscan en internet hay abundante información sobre cada variante, y cada especialista según el método que usa, está más a favor de una u otra.
En mi caso, mi médico me recomendó que es importante que el paciente tome la decisión, por lo tanto tuve que pensarlo y volver a charlar sobre el tema.

Además consulté con otros especialistas y más o menos todos me dijeron lo mismo.
Los 3 métodos son buenos en cuanto a la curación y cada uno tiene sus problemas posteriores.

El más avanzado de todos es el de las semillas radioactivas, que es menos invasivo, la recuperación es rápida y las secuelas (incontinencia - impotencia) son de muy bajo porcentaje.

Fueron semanas en donde cada día iba cambiando de idea, y todo daba vueltas sin terminar de encajar del todo.

Finalmente elegí el método más tradicional, el más invasivo y el que más problemas podría traerme en el futuro: la cirugía radical.
Pero desde mi punto de vista, me pareció que es el método, en que a pesar de que es a costa mía, el urólogo puede hacer un estudio más completo de como está realmente la próstata y además me pareció que extraer el problema de raíz era la mejor solución. (Aunque yo se que tampoco está asegurada 100% la cura)

En estos 3 meses tuve que tomar la decisión, fijar la fecha de la operación y lo más duro informar a mi familia y amigos.

Tuve también todos los estudios llamados de estadificación, que son centellograma y tomografía abdominal computada, para verificar que el tumor no se hubiese expandido más allá de la próstata (lo cual invalida la cirugía) y otros preparativos de la cirugía.
Si alguien quiere saber algo más de estos estudios me avisa, pero en realidad son estudios muy simples, o a lo sumo incómodos.

Así me encaminé a la sala de cirugía, sabiendo que tendría una recuperación de 2 a 3 semanas, incluyendo la sonda en la vejiga y una herida importante en el vientre (11 puntos).

La operación en sí (que yo llamo 1° Etapa), no tiene un gran riesgo.
No soy obeso, ni hipertenso, ni diabético y con 52 años los riesgos son muy bajos.
Pero es una cirugía de unas 3 horas, tampoco es un tajito.

Según las estadísticas tengo un 50% de probabilidades de algún grado de incontinencia y un 80% de algún grado de impotencia.
Pero me tengo confianza y debido a mi estado general de salud y sobre todo al estadio del tumor, creo que mis posibilidades son mucho mejores que estos números.

Si me acompañan, vamos entonces al Día 1: LA CIRUGÍA.

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